Un día cualquiera como los demás, mi hermano y yo estuvimos
jugando a que estábamos en el espacio. Aunque a mí no me gustara jugar a aquel
juego, jugué con él.
Mi hermano es un fan del espacio le gustan mucho los extraterrestres,
los cohetes, etc. Dice que de mayor va a ser astronauta.
Al día siguiente cuando nos levantamos mi hermano miró por la
ventana y dice que vio un ovni. Yo le dije que los ovnis no existen pero él
salió corriendo a la calle y fue al bosque porque lo vio aterrizar allí. Yo me
fui a la cocina a desayunar y cuando mis padres preguntaron dónde estaba mi
hermano. Yo les dije que estaba durmiendo y que no fueran a despertarlo.
Cuando
acabe de desayunar fui a mi habitación a jugar, después de 20 minutos vi a mi
hermano volando y yo pensé que eran ilusiones mías pero no, era mi hermano de
verdad. Lo estaba llevando un extraterrestre en el techo de su ovni y yo le dije
que se bajara de ahí porque se iba a caer, él entro a mi habitación, pero el
extraterrestre verde también entró, mi hermano me explicó que eran amigos y que
se iba a quedar con nosotros una temporada para hacernos preguntas porque en su colegio le mandaron hacer un
trabajo sobre los humanos. Mi hermano me dijo que no se lo contara a nadie que
teníamos un extraterrestre en casa ni a mis padres.
Cada día nos hacía una
pregunta diferente de las 100 que tenía, lo escondíamos en una casita del árbol que
teníamos en el bosque, todos los días le llevábamos comida.
Un día mis padres
vinieron a nuestra casita del árbol para ver qué hacíamos y vieron al
extraterrestre. Nosotros les dijimos que era un extraterrestre y que se quedaría
con nosotros un día más porque solo le quedaba la pregunta numero 100. Al día
siguiente se fue, mi hermano y yo nos despedimos de él y después de unos días
nos llegó una carta que decía: He sacado un 10 en el trabajo muchísimas gracias
por dejarme preguntaros todas esas preguntas.
*Historia escrita por Yanira.
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