EL MISTERIO DEL OTOÑO
Había una vez una hoja que se cayó de un árbol y se volvió verde. Una persona llamada Paco la pisó y a la hoja le salieron alas. Esta quería venganza porque la habían pisado y voló hasta otra persona pero la pisaron otra vez. Esa persona era una bruja. La hoja la siguió hasta su cueva pegada a su feo zapato agujereado y cuando llegó a la cueva la hoja se murió del mal olor que había allí. Pero entonces revivió gracias a una poción de la bruja y se convirtió... ¡en un lobo! La hoja perdonó el pisotón de la bruja por haberla revivido.
A ese lobo le gustaban mucho las castañas y el otoño. Buscando castaños por el bosque, encontró a una loba y
se enamoró de ella. Casualmente esa loba se llamaba Otoña. De repente, cuando
estaban conociéndose apareció Paco que era cazador y el lobo le escupió una
castaña que atravesó el ojo de Paco y le salió por la nuca. Paco corrió al
médico pero los médicos no le dieron importancia y le dijeron que se pusiese
una tirita.
Paco se enfadó tanto con los lobos como con los médicos y
decidió volverse un villano. Como eso ocurrió el día que entraba el otoño, 22 de septiembre, se
comenzó a llamar Pacotoñal. Ese mismo día Pacotoñal se encontró de nuevo con el
lobo y el lobo volvió a escupirle una de sus sabrosas castañas pero Pacotoñal, con sus nuevos superpoderes, la esquivó. Sin embargo, la castaña rebotó en un
árbol y el árbol, que era de hoja caduca, dejó caer todas sus hojas sobre el
pobre Paco. El lobo, al ver tantas hojas, se acordó de cuando él era una hoja
igual de pequeñita y vivía en un árbol. Entonces Pacotoñal aprovechó la ocasión
para pisotearlas como solía hacer cuando iba a por setas.
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