Una vez
había una clase que era la más rara del mundo entero porque siempre estaban
todos muy callados y normalmente estaban todos cacareando y el profesor también
era raro: en vez de mandarles callar les mandaba gritar más, y a todo el colegio
les parecía muy raro porque el profesor era muy tranquilo y toda esa ruta lo
hacían todos los profesores.
La niña más lista del colegio llamada Celia se dio
cuenta de una cosa, se dio cuenta de que todos los profesores tenían unos
auriculares invisibles y entonces Celia se lo dijo a los profes que le daban clase, y
como los profes también eran tontos les dijeron que no tenían auriculares y
encima como los niños no hacían los deberes excepto Celia, Celia era la única
que explicaba las cosas, pero aparte de que solo las explicaba ella, las
explicaba bien.
Un día Celia se cansó y dijo: Se acabó yo así no puedo seguir
le tenemos que decir a los profesores que se quiten los auriculares porque si
no como yo no explico las cosas tan, tan, tan, bien, igual suspendéis los
exámenes.
Dijo un niño: venga vamos a convencerlos. Convencimos a los profes y
dieron la clase superipermegabien y así Celia no tenía que explicar las cosas y
así tampoco se estresaba tanto como antes, aunque también se estresaba un poco.
FIN
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